Hay ejemplos antiguos, como los tres millones que aportó la Real Sociedad para la construcción de Anoeta a principios de los 90 o los 3,6 que pagó el RCD Mallorca para levantar Son Moix. De hecho, los tres casos de éxito que expone la academia, los tres italoaustralianos, son cuestionables. Tenía otra vez a Paudo a su izquierda en una gran ocasión que acabó por estrellarse en la defensa nipona.